Sé que te puede parecer cruel la pregunta, pero convendrás conmigo, en que es real, y esa pregunta me lleva a formularte otras.
¿Qué harías, si hoy fuese tu último día?
¿Y por qué no haces que este día sea especial, provechoso o al menos gratificante?
Si aprendemos a ver cada día como un regalo y una ocasión para aprovechar, estaremos en el camino, de convertir toda nuestra vida en una gran oportunidad, vivir mejor, y por tanto, más felices.
Para ello, es determinante:
Vivir en presente.
No quiere decir esto, que haya que desechar planes, a medio o largo plazo, ni dejar de tener objetivos futuros.
Lo que deseo transmitir, es la importancia del hoy.
El pasado, bueno o malo, ya es historia. Podemos recordarlo; sacar de él experiencias, pero no cambiarlo.
El futuro, aún no está y por tanto no sabemos que nos deparará, pero el presente si, y el futuro, depende en gran medida, de lo que pensemos o cómo actuemos en el presente.
La vida, cada día más compleja, lleva a que muchas personas, solo vivan esperando, el próximo cobro; la casa que venderán; la lotería que ganarán; la persona que conocerán, ...
Esto, además de lo irreal, de vivir para lo que ocurrirá, que puede llegar o no a ser, produce ansiedad.
Otr@s, se mantienen anclados en el pasado; lo que tuvieron, fueron o sintieron, que además de atraer nostalgia o pesar, frena su desarrollo.
¿Sabías que la célula de nuestro organismo que más demora en regenerarse solo tarda siete años?
Y sin embargo, muchas veces, no somos capaces de dejar atrás sucesos incluso de más tiempo.
En ambos casos, no se dan cuenta de que se están perdiendo el presente, lo que tienen, lo que es, lo que pueden disfrutar.
El paso del tiempo, es inexorable y los días que se van ya no se pueden recuperar.
No permitas, que tu vida transcurra, sin hacer algo por ella, que es decir por ti.
Vive en presente y el futuro te sorprenderá sonriente.

No hay comentarios:
Publicar un comentario