Hace unos años, atravesé una época laboral intensa y compleja, aunque necesaria. Prácticamente no me quedaba tiempo ni para el descanso.
Eso hacía, a pesar de querer mantenerme a flote, que alguna vez me hundiese. Creo que nos pasa a todos, por mucho control que tengamos de las emociones.
Un buen amigo, conociendo por lo que estaba pasando, apareció un día en casa, con el video del documental “El secreto”
-Toma, esto es para que lo veas cuanto antes. Tú ayudas a todo el mundo, y ahora tienes que hacerlo contigo.
Sentí que además de agradecerlo, debía seguir su consejo.
Esa misma tarde, me puse a verlo, junto a mi madre.
Al terminar, le pregunté si le había gustado y su respuesta fue muy concreta.
-Mucho, pero ya lo sabía. Desde niña, lo he puesto en práctica.
En el primer momento, me eché a reír; luego reflexionando, llegué a la conclusión, de que lo que ella aseguraba, era totalmente cierto.
Estaba en cada consejo, que me había dado.
En sus más de noventa años, viviendo como proyectó y quiso, con una salud que continuaba siendo sorprendente.
Había sido siempre muy feliz, y colmado de dicha a todos, los que tuvimos la oportunidad de vivir, estar junto a ella o conocerla, porque era una mujer muy especial, y aunque parezca que lo digo como hija, los que la hayan conocido y lean esto, saben que es verdad.
Ella, no solo había practicado la ley de la atracción; su vida entera, era un manual de crecimiento personal en todos los aspectos.
Eso acrecentó, la fe que ya tenía, en el tema.
Dos años después, una cadera rota y la anestesia, a una edad tan avanzada, pudieron con ella y no volvió a caminar.
Desde su cama, sin perder la sonrisa, me decía.
-¿Sabes por qué no me recupero?, porque esto que me ha pasado, me tiene triste. La tristeza no es buena, te ablanda, pero aun así, agradezco el estar viva y si pudiera, viviría cien años más, porque la vida es maravillosa. ¡Tener lo que quieras y conseguir lo que deseas, está en ti!

No hay comentarios:
Publicar un comentario